Había que esperar a la puesta del sol para que el fuego, hilo conductor de la trama, ardiera a su máximo esplendor.
Había que esperar a la puesta del sol para que el fuego, hilo conductor de la trama, ardiera a su máximo esplendor.Foto: EL SIGLO DE TORREÓN 23 de septiembre de 2006
publicada el 25 de septiembre de 2006