Las notas suaves de los violines empezaron a escucharse alrededor de las 8:30 de la noche en un estadio expectante, seguidas de la intensidad de los cellos y bajo la incesante batuta de un director de cabellera cana y movimientos continuos.
Las notas suaves de los violines empezaron a escucharse alrededor de las 8:30 de la noche en un estadio expectante, seguidas de la intensidad de los cellos y bajo la incesante batuta de un director de cabellera cana y movimientos continuos.Foto: EL SIGLO DE TORREÓN 23 de septiembre de 2006
publicada el 25 de septiembre de 2006