A lo largo de tres horas 45 minutos, cuatro actos y siete escenas el público lagunero se mantuvo al filo, sorprendido por las llamaradas que de vez en vez surgían en el escenario y cautivado especialmente por el segundo acto, el más espectacular por la reciente victoria obtenida por el ejército egipcio, que llevaba cautivos a muchos etíopes, entre ellos al padre de Aída, Amonasro. Todo enmarcado por las intensas notas de una de las arias más conocidas de esta ópera.
A lo largo de tres horas 45 minutos, cuatro actos y siete escenas el público lagunero se mantuvo al filo, sorprendido por las llamaradas que de vez en vez surgían en el escenario y cautivado especialmente por el segundo acto, el más espectacular por la reciente victoria obtenida por el ejército egipcio, que llevaba cautivos a muchos etíopes, entre ellos al padre de Aída, Amonasro. Todo enmarcado por las intensas notas de una de las arias más conocidas de esta ópera.Foto: EL SIGLO DE TORREÓN 23 de septiembre de 2006
publicada el 25 de septiembre de 2006